He Aquí tu Dios

Sermón predicado en Isaías 40: 1-11 por el Reverendo W. Reid Hankins durante el servicio de adoración por la mañana en la Iglesia Presbiteriana de la Trinidad en 12/23/18 en Novato, CA.

Sermón

Rev. W. Reid Hankins, M.DIV.
Traducido por el Diácono Diego Merino
Isaías 40: 1-11
12/23/18

“He Aquí tu Dios”

Si está familiarizado con el Mesías de Handel, usted tendrá en cuenta que el pasaje de hoy es también el mismo usado por el famoso orador Handel. La primera parte del Mesías de Handel específicamente lo relaciona con el nacimiento de Cristo, y su primera escena usa Isaías 40 como profecía de la salvación que vendría con la llegada del Mesías. Veremos hoy eso en contexto, esta profecía vino primero a la gente de Dios en Judá que se encontrarían bajo el castigo de Dios por sus pecados. La respuesta a esto sería Dios viniendo a su pueblo en el Mesías, eso es lo que esta profecía está anunciando. Pero el Mesías de Handel correctamente entiende que esta profecía se cumple con el nacimiento de Jesucristo. Es decir, cuando Dios vino a su pueblo. Él vino a liberar a su pueblo antiguo de su pecado y culpa. Y Él continúa brindando dicha liberación a nosotros hoy y a todos los que confían en Él. Y así este es un pasaje que se ajusta para considerar como un sermón de Navidad.

Me gustaría comenzar entonces en nuestro primer punto para que hoy tenga en cuenta el humilde estado del hombre que encontramos en este pasaje. Eso está íntimamente relacionado con la necesidad de salvación del hombre y por qué necesitábamos a Dios a que nos salvara. Traigo a su  atención primero hoy en el centro del verso de nuestro pasaje, a los versículos 6-8. Allí encontramos una declaración de fragilidad y debilidad del hombre. Los versículos 6 y 7 dicen que toda carne es igual a la hierba que se seca rápidamente y la flor se marchita. Esto está en contraste con el SEÑOR Dios que se muestra gloriosamente mas grande que nosotros los  seres humanos, como lo describe el versículo 5 también. Como señala el versículo 7, es el aliento simple del SEÑOR que puede hacer que nuestras vidas sean tomadas. Del mismo modo, en el versículo 10 el Señor se describe en términos de su fuerza y poder, como el que viene con mano fuerte.

Esa verdad de los versículos 6-8 puede ciertamente mostrarse por sí mismo para hablar de la fragilidad y el estado humilde de la humanidad en comparación con el Dios Todopoderoso que hizo los cielos y la tierra. Y sin embargo, no se especifica por sí mismo. Está situado no solo aquí en medio de este pasaje sobre el consuelo y la salvación que Dios le traería a su pueblo. También se encuentra aquí situado en medio del libro de Isaías. Este contexto agrega importantes antecedentes para esto. Usted ve, el libro de Isaías tiene un importante punto  temático decisivo aquí en Isaías 40. Los primeros 39 capítulos pronuncian en gran medida a varios juicios por el pecado. El más reciente está allí en el capítulo 39 donde dice a la gente de Dios que Babilonia iba a venir y conquistarlos y llevarlos al exilio. Eso sería el juicio de Dios sobre su pueblo por su pecado; Él permitiría que Babilonia los afligiera así y removerlos de la Tierra Promediada de Sión. Y así, es en ese contexto de que los poderosos babilonios conquistan y subyugan a la gente de Dios, que Dios enfatiza como los seres humanos son débiles comparados a Él. En otras palabras, cuando Dios viene, viene poderosamente para salvar. Él puede liberar a su gente de los poderosos babilonios. Son más que hierba seca y flores marchitas para Él. Él puede soplar sobre ellos y estos enemigos se desmoronarán.

Y aún note lo que dice el versículo 7. Al final, menciona que la gente es como hierba. Probablemente esto pretende ser una descripción más estrecha que cuando dice “toda carne” es como hierba. Cuando dice “toda carne”, pensamos en todas las naciones del mundo, todos los pueblos, incluidos los enemigos así como los enemigos malvados babilonios. Pero cuando menciona “la gente” probablemente tenga en cuenta  la gente de Dios: la gente de Judá que necesitaba esta salvación. Si esto es correcto, solo destaca mas porque todos necesitarían a venir a Dios y salvarlos. Sí, los babilonios son como hierba débil en comparación con Dios, pero también lo son la gente de Dios. Y la gente de Dios han sido débiles en comparación con la gente de Babilonia. Entonces, necesitarían a Dios que venga a salvarlos si iban a ser libres de la opresión babilónica.

De hecho, esto en contexto solo promueve este punto. Esto fue porque Dios era mucho mas poderoso que su gente que terminarían en primer lugar en el exilio babilónico. El versículo 2 nos recuerda que estarían en el exilio babilónico debido al castigo de Dios por su pecado. La disciplina del Señor sería fuerte a su pueblo. Incluso dice en el versículo 2 que tendrían que recibir lo doble de la mano del Señor por todos sus pecados. Seguramente, eso no significa que habrían pagado el doble a Dios a cómo le deben. Esa interpretación no encajaría con lo que la Escritura dice  en otro lugar de que el hombre no podrá expiar por sus propios pecados. Más bien, esto es más como decir que han experimentado el castigo de Dios de varias maneras. Es como si usted causa un accidente automovilístico porque está enviando mensajes de texto mientras conduce. Terminará pagando por los daños a la otra persona, pero también obtendrá una multa de la policía por enviar mensajes de texto mientras conduce. En ese caso, podría decir que tenías que pagar dos veces por su crimen. Pero estoy divagando. El punto es simplemente que humildemente Israel, había conocido el poder de Dios contra su pecado.

Pero eso nos lleva a nuestro segundo punto. Este pasaje está declarando a cómo el castigo de Dios de su pueblo estaba viniendo a su fin. Dios vendría a traerles salvación. Este pasaje les dice que anunciaran su venida y preparasen su venida. Vemos esto en los versículos 3-5 y nuevamente en el verso 9. Ambos versos mencionan una voz. El versículo 9 utiliza específicamente el idioma de traer noticias. Hay noticias que deben ser traídas. Es un mensaje que debe ser anunciado. ¿Cuál es el mensaje? En el versículo 3, dice que el mensaje es “preparar el camino del Señor” y continúa diciendo cómo se va a revelar la gloria de Dios. Del mismo modo, en el versículo 9 dice que el mensaje es de que Israel a contemplado a su Dios. En otras palabras, el mensaje es para anunciar la venida de Dios a su pueblo. La septuaginta  incluso traduce estas buenas nuevas que se mencionan en el versículo 9 con la misma redacción griega utilizada en el Nuevo Testamento para referirse a proclamar el evangelio. Y claramente, este es un mensaje para anunciar y declarar.

Aquí podemos encontrar una aplicación para nosotros los gentiles también. Por un lado, el anuncio de su venida se describe específicamente en el versículo 9 como algo que se le debe haber dicho a las ciudades de Judá. En otras palabras, anunciar las buenas nuevas al pueblo existente de Dios que Él viene a salvarlos. Pero, ¿qué dice para nosotros que fuimos extranjeros al pueblo de Dios? Bueno, en el Nuevo Testamento, 1 Pedro 1: 22-25 hace referencia a este pasaje aquí en Isaías y dice que este anuncio es el mismo evangelio que ha sido predicado sobre Jesús. En otras palabras, Dios extendió la aplicación de este pasaje a los gentiles también. Él ha ordenado llevar este evangelio predicando a las naciones. Nosotros también los que hemos creído en Jesús y su evangelio de salvación hemos recibido la salvación prevista aquí en Isaías 40. O para decirlo de otra manera, cuando hoy declaramos el evangelio de Jesucristo al mundo que nos rodea, estamos esencialmente continuando el mismo anuncio dado en este pasaje. La única diferencia es que el anuncio del evangelio de Isaías 40 es que el Señor viene. ¡Nuestro anuncio del evangelio es que el Señor ya ha venido!

Pero este pasaje no solo anuncia la venida de Dios; hay especialmente un énfasis aquí en la preparación para su venida. Eso se ve en varias maneras relacionadas. Primero, el mismo hecho de que Él prometiendo esto antes de tiempo implica que las personas deben prepararse. Si el Dios Todopoderoso y Glorioso dice que vendrá a visitarnos, ¡debes prepararte para su venida! Entonces, mira como esto se describe. En los versículos 3-4 describe a Dios como viniendo del desierto a la presumiblemente Sión. Así como Israel salió primero del desierto hacia la Tierra Prometida, por lo que poéticamente describe a Dios viniendo del desierto a su pueblo. Luego describe la preparación para la venida de Dios al aplanar cada montaña y levantar cada valle. En otras palabras, hace un camino recto por el desierto para Dios. Es como decir despejará el camino y tender la alfombra roja para que Dios bajara.

Ahora, si el Dios Todo Santo está llegando a usted, especialmente después de que ya han enviado profetas que usted no escuchó, y luego que lo han perseguido, entonces el hecho de que Él mismo ahora viene es motivo para que actúe. Es como la parábola de Jesús de los inquilinos malos que golpearon y mataron a los siervos del propietario que vinieron a recoger el alquiler. Dijo que finalmente enviaría a su hijo pensando que respetarían a su hijo, y ellos deberían. Y así, los pecadores deben prepararse para la venida de Dios al arrepentirse por su desobediencia al arrepentirse de sus pecados.

Eso es de hecho, cómo vemos esta idea de preparación en el Nuevo Testamento. Antes de el cumplimiento de este pasaje, Juan el Bautista llegó a la escena. Dijo que fue enviado por Dios para cumplir este pasaje, para preparar el camino para la llegada del SEÑOR. Los cuatro evangelios mencionan a Juan el Bautista haciendo referencia al versículo 3 de este pasaje. Juan el Bautista no solo anunció la venida de Dios, él buscó preparar a las personas para esto. Y lo hizo llamando a las personas a arrepentirse. Llamó a la gente salir de la Tierra Prometida, al desierto, arrepentirse de sus pecados, ser lavados en el Jordán y luego regresar a la Tierra Prometida y encontrarse con el Señor cuando regrese. Esto fue una especie de llamada para que comiencen de nuevo en su fe, en un cierto sentido; un nuevo comienzo, un nuevo nacimiento.

Me encanta la forma en que vemos la idea de esta preparación cumplida con Juan el Bautista. Dios anuncia en Isaías aquí la necesidad de prepararse para su venida. Pero en la gracia y compasión de Dios no solo manda eso. Luego envía a alguien para ayudar a las personas a prepararse, es decir a Juan el Bautista. Juan luego pastoralmente, convoca al arrepentimiento y predica la Palabra de Dios a las personas en preparación para la llegada del Señor a su pueblo. Es solo otro testimonio de las formas ricas y variables que Dios da gracia a su pueblo para que personalmente sea conocida la salvación que Él da.

Volvamos ahora en nuestro tercer punto para ver el consuelo y el aliento que Dios les está dando y a nosotros en esta profecía. Encontramos esto en ambos versos 1-2 y versículos 10-11. Es por supuesto cómo comienza el pasaje. “Consuelo, sí, ¡consuelo a mi gente!” Esto se habla de manera específica a la gente de Dios en Judá a la luz de su castigo que experimentaron de Dios debido a su pecado. A la luz de su cautiverio babilónico y todos sus sufrimientos, Dios anuncia que después de eso vendrá un momento de alivio. Vemos parte de lo que ese alivio implica aquí en verso 1 cuando los llama “mi pueblo”. Cualquiera que sea el castigo que la gente había experimentado al ser entregados a Babilonia, Dios no los rechazó. Él los salvaría y los redimiría. El versículo 2 relata este consuelo y restauración al perdonarles de los pecados. Esto dice que su iniquidad está perdonada. Mencioné anteriormente que no deberíamos ver el lenguaje de recibir doble por sus pecados como pagándole a Dios por los pecados de ellos. La idea es de que sus pecados debían ser perdonados a la luz de eso. De hecho, se anunciará más en Isaías 53, en ¿cómo es que Dios podría perdonarles sus pecados? Sería a través del sacrificio expiado por los pecados ofrecido por Dios mismo en la persona de Jesucristo. Pero estoy divagando nuevamente. El punto en los versículos 1-2 es que la gente de Dios podría encontrar alivio porque había llegado un momento en que Dios detendría su castigo de los pecados para en vez otorgarles misericordia y perdón.

Eso comenzaría entonces en un proceso de sanción para ellos y teniendo sus fortunas revertidas. Eso es lo que los versos 10-11 continúan expandiéndose. En lugar de estar bajo el castigo de Dios y en el exilio, vemos el versículo 10 describiendo cómo Dios vendría a ellos con sus reglas y sus recompensas. Eso es lenguaje del reino. Él vendrá a reinar sobre su pueblo y traerá con Él para su pueblo la recompensa de sus riquezas celestiales y gloria. Pero luego note el lenguaje en el versículo 11. Él cuidará de su gente como un pastor se preocupa por sus ovejas. Así como pensamos en como Jesús cumplió esto, recuerda que le gustaba describirse en estos términos. Jesús es el buen pastor de las ovejas. Como dice aquí en versículo 11, Él alimenta a las ovejas, pensando especialmente de la alimentación que trae a las almas de su pueblo. Dice que Él reúne las ovejas, y podemos recordar cómo trae su evangelio a los extremos de la tierra para traer a sus ovejas de todos los lugares para sí mismo. Dice que Él lleva y lidera sus ovejas, recordándonos que Jesús está con nosotros y guiándonos y enseñándonos a cómo vivir.

Así como escucho estas palabras de alivio, pienso en un concepto erróneo común. A menudo escucho a las personas decir que el Antiguo Testamento está lleno de juicio y de la ira de Dios, mientras que el Nuevo Testamento está lleno de gracia, amor y compasión de Dios. Por un lado, vemos cómo eso no es una declaración verdadera. Aquí en el Antiguo Testamento hay una gran descripción de la compasión de Dios y la misericordia hacia su pueblo que se merecían lo contrario. Aquí en el Antiguo Testamento encontramos a Dios como trayendo alivio, como uno que perdona el pecado, como uno que es un pastor suave y cariñoso para su pueblo. Eso está aquí en el Antiguo Testamento. Por lo tanto, es un concepto erróneo pensar que no está aquí en el Antiguo Testamento. Dicho esto, las conceptos erróneos a menudo están enraizados en alguna verdad, incluso si esa verdad se mal entiende. Y la verdad que encontramos aquí es que la misericordia y la compasión de Dios se realizan especialmente cuando Jesucristo viene como descrito en el Nuevo Testamento. De eso es, cuando se cumple el consuelo prometido aquí. El consuelo aquí se anuncia como una promesa; como un alivio, que se realizará en el futuro para el pueblo de Dios. El consuelo que viene cuando Dios viene a su pueblo en la persona de Jesucristo. Y así, sí, existe juicio e ira en el Antiguo Testamento (así como en el Nuevo Testamento). También hay gracia y compasión en el Antiguo Testamento. Pero la gracia y la compasión de Dios llegan a la medida más completa y mejor expresión en la venida de Jesucristo.

¡Eso es lo que hace que este capítulo sea un anuncio tan maravilloso de consuelo! Y eso hace que valga la pena de que celebremos la Navidad. Toda la Biblia encuentra el enfoque del consuelo de Dios en la venida de Jesucristo. Y como este pasaje nos recuerda, la venida de Cristo es la venida de Emmanuel. Recuerde que Emmanuel significa “Dios con nosotros”. Este pasaje no usa la palabra “Emmanuel” como otros lo hacen. Pero de eso es lo que está hablando. Dice que el clímax del consuelo de Dios que traerá a su pueblo sucederá cuando Él mismo llegue a su pueblo. Y eso es lo que el Jesús nacido representa. Dios el Hijo llegó en la carne de Jesucristo. Jesús fue y es al mismo tiempo Hijo de Dios e Hijo de David. ¡Qué glorioso misterio y qué glorioso clímax para todas las Escrituras!

Por supuesto, la razón por la que Jesús podría traer el consuelo descrito aquí no es simplemente que Él como Dios vino a la tierra. Él no tenía que ser solo Dios en la carne. También tendría que ser lo que Isaías 53 va a hablar: el sirviente sufriente. Como ese sirviente sufriente, vivió una vida perfecta sin pecado, manteniendo toda la ley en nuestro nombre. Luego murió en la cruz en el lugar de su gente, de modo que todos nuestros pecados pudieran perdonarse mientras todavía satisfacía la justicia. El evangelio entonces dice que tal como ponemos nuestra fe en Jesús, su justicia se nos cuenta a nosotros. Entonces, en la fe en Jesús tenemos el perdón de los pecados. En fe en Él, conocemos el consuelo descrita aquí. En fe en Él, actúa como nuestro pastor. Y así, en esta Navidad como celebramos el nacimiento de Cristo, también recordemos por qué vino. Él vino a asegurar tal consuelo para nosotros.

Y así, antes de esta venida, la gente fue llamada a prepararse para su venida. Eso involucra fe y arrepentimiento. Ahora que ha venido, en su lugar somos llamados a responder a esta venida que ya ha sucedido. Eso también implica fe y arrepentimiento. Eso es tan importante porque el versículo 5 reconoce, que habrá un día cuando toda la carne vea a Dios. Eso se ve en última instancia al segundo y último regreso de Cristo en el día del juicio. Y así, nuestra llamada hoy es no esperar hasta ese entonces “he aquí tu Dios”. Vamos hoy “veamos a nuestro Dios” a través de nuestra fe en Jesucristo. Reconozcamos de nuevo nuestro pecado y nuestra necesidad de perdón y gracia. Regocijemonos de que Dios ha venido en Jesús para eliminar nuestro pecado. ¡Pongamos nuestra fe y confianza en esta salvación divina!

Para nosotros que tenemos esa fe, seamos confortados nuevamente hoy. Este es un pasaje declarando consuelo. Tanto como Dios le dijo a su pueblo en ese entonces, Él dice lo mismo nuevamente hoy. “¡Consuelo, sí, consuelo a mi gente! Dice tu Dios. ¡Para ti! Él dice que esto es para ti la gente de Dios hoy. Consuelo! ¡Se consolado hoy! ¡Tu guerra está terminada! ¡Tu iniquidad está perdonada! ¡El Señor ha pagado completamente por todos tus pecados! ¡Consuelo, consuelo! ¡Eso es lo que Dios te dice hoy!

Como punto final de aplicación, déjame decir esto. Antes de la primera venida de Cristo, Dios pidió que la gente se preparasen para su venida. Pero luego Dios encargó a Juan el Bautista para ayudar a la gente a prepararse. Ahora, a la luz de la segunda venida de Cristo, Dios nuevamente llama a la gente a prepararse para su venida. Y Dios ha encargado un portavoz para ayudar a la gente a prepararse. Ese portavoz es la iglesia. Entonces, en preparación para la segunda venida, anunciemos y difundamos esta noticia para todo el mundo. Difundamos las nuevas de la Gloria de Dios en las alturas que han venido en Jesús. ¡Y llamemos al mundo a encontrar ese consuelo en Jesús en preparación para su regreso! Amén.

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