Nuestras Creencias


Como una iglesia de confesión reformada, nuestra doctrina es de fe Reformada (algunas veces llamada Calvinismo porque Calvino fue el mas importante exponente de esto durante la Reforma). Esto reúne las doctrinas mas significantes enseñadas en la Biblia. Estas doctrinas de teología reformada se establecen en la Confesión de Fe de Westminister, en el Catecismo Mayor y el Catecismo Menor (acompañado de referencias bíblicas). Nuestra doctrina está resumida en los siguientes párrafos.

  • La Biblia, siendo inspirada por Dios, es completamente confiable y sin ningún error (i.e inerrancia). Por lo tanto nosotros debemos creer y obedecer sus enseñanzas. La Biblia es la única fuente de revelación especial para la Iglesia de hoy.
  • El único Dios verdadero es personal, mas allá de nuestra comprensión. Él es un espíritu invisible, completamente autosuficiente e ilimitado por el tiempo o el espacio, perfectamente santo y justo, y amoroso y misericordioso. En la unidad de Divinidad hay tres “personas”: El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
  • Dios creó los cielos y la tierra, y todo lo que en ella contiene. Él los sostiene y gobierna de acuerdo con su voluntad eterna. Dios es soberano (en control completo) sin embargo, esto no disminuye la responsabilidad humana.
  • Debido al pecado del primer hombre, Adan y toda la humanidad está corrompida por naturaleza, muerta en pecados y sujeta a la ira de Dios. Pero Dios determinando por su pacto de gracia, que todos los pecadores puedan recibir perdón y vida eterna a través de la fe en Jesucristo. La fe en Cristo siempre ha sido la única manera de salvación, en ambos tiempos del Antiguo y Nuevo Testamento.
  • El Hijo de Dios tomó a si mismo la naturaleza humana en el vientre de la virgen Maria, para que en su hijo Jesús las naturalezas divina y humana fueran unidas en una persona. Jesucristo vivió una vida sin pecado y murió en la cruz, tomando los pecados, y recibiendo la ira de Dios, por todos aquellos que creen el Él para salvación (sus escogidos). Él resucitó de la muerte y ascendió al cielo, donde está sentado como Señor y gobierna sobre su reino (la Iglesia). Él regresará para juzgar a los vivos y los muertos, llevando a su pueblo (con gloriosos cuerpos resucitados) a la vida eterna, y enviando al malo al castigo eterno.
  • A aquellos que Dios a predestinado para vida son eficazmente traídos a Cristo por el trabajo interno del Espíritu cuando escucharon el evangelio. Cuando creyeron en Cristo, Dios los declaró justos (son justificados), perdonando sus pecados y aceptándolos como justos, no por alguna justicia propia, pero por la imputación de los méritos de Cristo a ellos. Ellos son adoptados como hijos de Dios y teniendo al Espíritu Santo en ellos, quien los santifica, permitiéndoles cada vez pecar menos y actuar justamente. Ellos se arrepienten de sus pecados (ambos en su conversión y después), produciendo buenas obras como frutos de su fe, y perseverando hasta el fin en comunión con Cristo, con la garantía de su salvación.
  • Los creyentes procuran seguir la ley moral, la que es resumida en los Diez Mandamientos, no para ganar la salvación, porque ellos aman a su Salvador y desean obedecerle. Dios es el Señor de la conciencia, por lo que el hombre no es requerido a creer o hace algo contrario, o en adición, a la Palabra de Dios en asuntos de fe o adoración.
  • Cristo ha establecido su Iglesia, y particularmente Iglesias (locales), para reunir y perfeccionar a su pueblo, por los medios del ministerio de la Palabra, los sacramentos y el bautismo (lo que debe ser administrado a los niños de los creyentes y también a los creyentes) y la Santa Cena (en cual el cuerpo y la sangre de Cristo están espiritualmente presentes por la fe de los creyentes), y disciplinando a los creyentes que se les encuentren delinquiendo en la doctrina o sus vidas. Los Cristianos se congregan en el Día del Señor para adorar a Dios mediante la oración, escuchando la Palabra de Dios leída y predicada, cantando salmos e himnos, y recibiendo los sacramentos.